Sunday, June 12, 2011

Eruviel: Con los Mazahuas II- La historia de Sebastiana.


Ayer les platicaba de nuestra visita a San Felipe del Progreso, uno de los municipios con mayor presencia mazahua en el Estado de México.

La gente fue muy cálida, como también les comentaba. Desde el ritual tradicional de la bienvenida hasta el corrido que me dedicaron Las Dalias de la Purísima Concepción Mayorazgo, toda nuestra visita reflejó la gran riqueza cultural mazahua.

Sin embargo, la marginación que se sufre en la región es tan grande como su riqueza cultural. Hay muchas carencias y necesidades. Por ejemplo, conocí a la señora María Sebastiana Sánchez, es una señora de 76 años con las huellas del tiempo y el trabajo marcadas en las arrugas del rostro. Pero a la vez, Sebastiana refleja una gran fuerza todavía y tiene una sonrisa franca. Ella atrapó mi atención por muchas razones. La más evidente fue por la urgente necesidad de apoyo que demostraba sin decir una sola palabra: Sebastiana venía descalza al evento donde la conocí.

Ella me platicaba que, independientemente de que está acostumbrada a andar descalza, se le acabaron sus zapatos recientemente y no tuvo para comprar otros. “Se terminó mi zapato, se me clavó vidrio”, me decía. Además su marido quedó inválido por un accidente y no trabaja, “¿cómo trabajamos?, no tengo hijos, ¿quien me va a auxiliar…?”. Si bien este testimonio me sacudió e instruí a mi equipo para brindar atención inmediata a Sebastiana, lo más duro es saber que hay muchísimos otros casos en condiciones similares.

Los vecinos me expresaban que, por ejemplo, las obras públicas aún no son suficientes para cumplir los requerimientos básicos de toda la población en la zona. Agua potable, drenaje o pavimentación de caminos son mencionados recurrentemente como las necesidades de más urgente solución en las comunidades. También están las necesidades del campo, como me decía un hombre, “soy medio campesino porque el campo no deja, el fertilizante está muy caro, necesitamos apoyo para el diesel, para implementos agrícolas”. Por otra parte, las carencias en educación y salud también surgieron como los principales requerimientos de atención.

Como lo he repetido durante la campaña, no llego a los eventos sólo a dar discursos. Llego a escuchar a la gente, a recibir sus solicitudes, a tomar nota de ellas para cumplirles una vez que mi gobierno se encuentre en funciones. Por ello, durante el evento me comprometí (ante Notario Público pero ante todo haciendo un compromiso de corazón con mis hermanos mazahuas) a que no me voy a olvidar de ellos.

Firmé un paquete de compromisos que consisten, entre otros, en la pavimentación de caminos y calles; la construcción, equipamiento y operación de escuelas de tiempo completo con comedores escolares; la rehabilitación integral del Hospital General de 60 camas; la construcción, equipamiento y operación de un Centro de Salud Urbano; y la construcción, equipamiento y operación de una Institución de Educación Media Superior.

Asimismo, firmé el compromiso de construir y equipar una Casa de Día para Adultos Mayores para que gente como Sebastiana puedan asistir para hacer actividades recreativas, entretenerse e incluso aprender algún oficio, ¿por qué no?, como les decía, ella tiene todavía una gran fuerza, así que tiene mucho que dar a su comunidad.

Al despedirme de Sebastiana, me regaló una gran sonrisa que me llevé en el corazón. Me fui comprometido a no olvidar. Por los mazahuas, y por todos los pueblos indígenas del Estado de México, hay que pensar en grande.

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